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Gadjets para blogger

sábado, 5 de noviembre de 2011

Ops!

Por motivos personales y no tan personales. He dejado de escribir tan frecuentemente en este blog, pero si quieres también puedes seguirme en mi nuevo blog Imperfecta

http://perosonrie.blogspot.com/ 


Gracias, te espero a tí y tus comentarios por mis blogs! 

lunes, 28 de febrero de 2011

[.11.]

Este finde ha sido alucinante,pero... ¿si os dijera que mañana tengo un global de química? Da igual lo ha sido porque lo he pasado con Aly. No solo me ha ayudado con todos los problemas que no entendía sino que nos hemos visto la trilogía entera de X-Men, sólo nos falta la de Lobezno, jajaja. Además nos pasamos nuestras horas hablando laaargo y tendido, poniéndonos al día porque como ya no está en mi clase es más difícil.


Nunca os he hablado de ella pero ya era hora. De hecho podría decir que Alicia y Lucía eran mis mejores amigas. Ambas eran muy diferentes pero a la vez parecidas, les encanta reirse aunque Lucía es más a costa de los demás, aunque en el fondo pese a que no lo reconozca tiene un corazón enorme. Pero no es de ella de quien os quería hablar hoy.

Aly. Muchos la tachan de empollona y no es de extrañar pues saca notazas y posiblemente esté entre las candidatas a matricula de honor. Pero yo no la considero como tal no porque sea mi amiga, sino porque realmente no lo es. No se pasa días estudiando ni deja de hacer otras cosas por los estudios, es más ella realmente coje los libros la tarde anterior al examen, se lo lee y... se le queda. Realmente la envidio en ese sentido porque a mi me cuesta barbaridades aprenderme un texto y ella lo hace con una facilidad alucinante. Por otra parte quienes la conocemos bien sabemos que es una amiga de las de verdad, porque te pase lo que te pase siempre te escucha, te aconseja y te da su opinión aunque te vaya a doler, y eso solo lo hacen los amigos de verdad. Otras cosas que me encantan de ella es que siempre lleva el pelo cubriendole media cara, en realidad no me gusta pero la caracteriza al igual que sus escotes, el sonido de su risa, sus extrañas explicaciones, su afición por el cine, los libros... y sus abrazos. Sobretodo me encantan sus abrazos.

miércoles, 23 de febrero de 2011

[.10.] Mensaje

Ya ha pasado tiempo desde mi viaje a Madrid, pero no lo olvido. Siempre que mi hermano llama hablamos un buen rato de esas semanas juntos, muchas noches me acuesto recordando miles de cosas que hice y de vez en cuando veo las fotos.

Tampoco me olvidaré de aquel día… Ya habían pasado las navidades, cuyos últimos días pasamos todos juntos en familia, y me preparaba para volver a la rutina cuando ví su mensaje en el FB.

Sentí un subidón de adrenalina. No me lo esperaba... Desde el verano pasado, nos mandábamos algún mensaje  de vez en cuando pero por sus entrenamientos... o simplemente que no se metía, el pasaba más. Me preguntaba por como había pasado las vacaciones y demás, recordandome que no se había olvidado de mi aunque me escribiera con menos frecuencia.


Sin duda fue uno de mis mejores regalos de reyes, aunque  llegase con unos días de retraso. El otro regalo con el que flipé fue mi traje de graduación... siii! Casi lloro cuando lo vi, desde luego voy a estar guapísima ese día, jajaja. Es azul turquesa con un encaje negro super bonito, y sí yo digo que aun con el encaje es bonito créeme que lo es. Además en la espalda tiene como una especie de cordón "a lo corsé". Desde luego... A-LU-CI-NAN-TE. Ya os lo enseñaré tras la graduación. :)
Hasta entonces... I will survive!

lunes, 21 de febrero de 2011

[.9.] Normalidad

Las clases siguieron su curso. Miquel volvió a Madrid. Y yo a hablarme con las chicas.
No sé si para bien o para mal pero todo lo sucedido parecía olvidado, pero esperaba que fuese lo primero. De no ser así una vez más volvería a estar sumergida en una gran burbuja de hipocrecía, pero como toda burbuja en tal caso se podría romper la cuestión sería averiguar como. Pero no era eso lo que me preocupaba ahora, sino que todas aquellas discusiones no hubiesen sido en vano y ahora nos entendiésemos mejor. Otra cosa buena era que sabía que podía contar con Emily y Penélope, que aunque parecían siamesas sabía que en cualquier momento podía contar con ambas o una de ellas.

Todos hemos oído hablar alguna vez, que cuando te haces mayor más rápido el tiempo pasa. Y comienzo a comprobarlo. Además, si a esto le añades estar en 2º de Bachillerato o simplemente mantener a cabeza ocupada... aún más.


Yo estaba "sumida" en mis estudios o almenos lo intentaba porque me pasaba las tardes enteras en mi cuarto, bien haciendo algo para el instituto, alguna estupidez en el ordenador, viendo fotos, leyendo nuevos posts, viendo series o simplemente perdiendo el tiempo.

También creo que paso tanto tiempo aquí encerrada porque me siento a salvo, porque al fin y al cabo es el único sitio realmente mío, donde pierdo el tiempohago lo que quiero y soy “feliz. Si, entre comillas porque al fin y al cabo estoy encerrada, entre cuatro paredesaislada del mundo. Tan solo lo veo desde mi ventana y me propongo cosas que nunca cumplo… Dejar esas tortitas con chocolate que tanto me gustan, hacer algo de deporte, salir de aquí… y si tengo que perder el tiempo al menos hacerlo fuera, lejos de aquí matando la monotonía, cogiendo algo de sol, quizás con Lola o con mi cámara. Pero algo tendría que hacer, quiero que esto cambie.


Que necesito un aliciente, es verdad. ¿Que lo haga por alguien? Vale. Pero será por mí, porque estoy cansada de llevarme palos.



 «Yo, Paula Sorpresa me propongo a cambiar antes de acabar este curso» Sí, lo sé… quedan aún tres meses, pero todo cambio lleva su tiempo ¿no es cierto?

jueves, 17 de febrero de 2011

[.8.]

«Eres tan dura como la piedra de mi mechero,
me asaltan dudas de si te quiero...»


Sí, dura pero de corazón, así me sentía yo, fuerte. Las cosa habían cambiado bastante.


Sonaba la radio mientras mi padre me llevaba al instituto. Último año... todos habíamos empezado con la ilusión de que fuese EL último, que sería increíble, inolvidable... y en gran parte ya lo estaba siendo, y queríamos terminarlo. 
Porque no todo lo inolvidable es bueno.


martes, 8 de febrero de 2011

[.7.] Hogar dulce hogar

«¿Has pensado alguna vez en volar? Sí, como los pájaros. Pero no me refiero al hecho de las plumas ni agitar los brazos. Tampoco como los superheroes que van a gran velocidad con su capa... Me refiero simplemente a volar.
Siempre ha sido uno de mis sueños y cada vez que pienso en ello me acuerdo en mi peli preferida "City of Angels", en conceto cuando la niña pequeña le dice a Seth: ¿Y para qué quieres volar si no tienes alas ni puedes sentir el viento en la cara? También adoro esa peli por la importancia que le da al sentir y, sin embargo, nosotros no hacemos más que compadeernos. Pero como Seth me alegro de haberle podido ver y ...»

- ¿Qué haces?
- No, nada- le respondí a la vez que cerraba mi cuaderno- ¡Vaya siestecita, ehh! Poco menos y te despiertas cuando aterrizamos.

Miquel se restregó los ojos y trató de cojer el cuaderno, pero yo fuí más rápida.

- ¿Por qué no me dejas verlo?
- Sabes que no me gusta que lean lo que escribo...
- Pero ¿has vuelto a escribir? -me interrumpió- ¿O solamente escribes un diario?¿No eres ya mayorcita para eso? -decía burlandose de mí a fin de quitarle hierro al asunto. Pues desde mi último bajón había dejado de lado una de las cosas que "mejor se me daban".
- No hay edad para escribir un diario -dije orgullosa- y en caso de que éste cuaderno lo fuera, no sería un simple diario...
- Ah ¿no?
- Pues no listillo
- Entonces si no es un diario no es secreto, y si no es secreto se supone que se puede leer -inquirió tratándo de cojerlo otra vez
- No tan rápido... -contesté mientras me zafaba

Y como cuando éramos pequeños trató de quitarmelo a la "fuerza" , si así se le podría llamar a hacerme cosquillas hasta dejarme indefensa, pero tuvimos que parar ya que los asientos de un avión no son precisamente muy espaciosos y tampoco queríamos molestar a los demás pasajeros.
De pronto sonó un aviso de que en breves momentos aterrizaríamos. Dios mío, el vuelo se me había pasado volando, y nunca mejor dicho. Guarde mis cosas, le sonreí a Miquel y cerré los ojos. Me encantaba sentir las ruedas y los botes al aterrizar.

Todos nos estarían esperando mamá, papá, Lola y quizás alguien más a quien hubiesen avisado de nuestro regreso. Pero lo único que me importaba era que yo me econtraba mucho mejor que la última vez que pisé ese aeropuerto.

domingo, 6 de febrero de 2011

[.6.] Último día

Fue un domingo raro, pero me encantó. Miquel me despertó tempranísimo e hizo crepes para desayunar. Riquííííísimos *__*


Luego hicimos las maletas y salimos hacia el rastro. Me encantaba ese ambiente... gente de todas las nacionalidades, gritos de los vendedores, compradores que regatean, colores, sonidos, música... de hecho ya me había pasado otros días para hacer fotos. Pero hoy fuimos a mirar ropa, zapatos y alguna que otra cosilla. Yo conseguí un traje medio hippie super bonito, un cinto, unas sandalias y unos pañuelos. Miquel se pilló unas pantalones y unas camisas. También compró unas pulseras con nuestras iniciales PM



Después nos fuimos hasta Gran Vía para comernos un buen bocata de calamares en el bar de unos amigos. Luego pasamos por el Dunkin Coffe para llevarnos unos donuts para el vuelo y otros para nuestros padres.















Parecía mentira que ya todo se acabase... tres semanas. Se me habían pasado increiblemente rápidas. Los primeros días en los que Miquel me sacaba de la cama en contra de mi voluntad, los paseos que me obligaba a dar... hasta que a mitad de esa semana quise salir yo sola. Las miles de fotos sacadas, mis viajes en el metro y mis amigos de viaje. Que sería ahora de ellos, seguirían sus vidas por supuesto pero no me despedí de ellos. ¿Seguirían Alex y Lidia preguntándole cosas sin sentido a cualquier viajero, la ajetreada empresaria siempre conectada, aquel estudiante de arte dibujando a cualquier viajero...? Eso esperaba o que al menos les fuese bien. Madrid, mi centro de rehabilitación, lo echaría de menos.

De repente Miquel me saca de mis pensamientos con un "¡Sonríeee!". Era cosa de familia, nos encantaba sacar fotos, sobre todo a él y a mi. Cualquier escusa era buena, si no nos poniamos a hacer caretos. Era mi hermano, pero antes que eso mi mejor amigo.
Ya solo nos quedaba volver a recoger las maletas, así que malgastamos el tiempo sacándonos fotos. Las últimas fotos de mi Navidad en Madrid.


Finalmente, después de un largo viaje en metro y tropecientos transbordos, llegamos a Barajas. Entrar, facturar, pasar el control de la policía, embarcar, buscar nuestros asientos... y rumbo a casa. Habían sido tres semanas fantásticas, inolvidables y Miquel una vez más me había salvado.



Me apoyé en su hombro, cerré los ojos y noté como el avión comenzaba a depegar...
Adiós Madrid
mejor dicho hasta pronto.

domingo, 30 de enero de 2011

[.5.] Bipolaridad

Y como una niña pequeña, como aquella vez en el tren hacia Londres... lo vuelvo a sentir todo. Salen a la luz sentimientos olvidados, que yo misma había querido ocultar para que no me hiciesen mas daño.

Lo miro y siento que todo continúa igual, pero en el fondo sé que no es cierto empezando por mi misma. Ya no era la misma, habían pasado muchas cosas desde Inglaterra y yo había cambiado.

Tras ese abrazo, me acompañó a recoger la mochila y comenzamos a caminar. Él había venido hasta el centro para comprar unas cosas, pero decidió quedarse a charlar. Mi pecho parecía a punto de estallar, tenía una sensación increíble entre emoción, vergüenza e indecisión.
Volví a entender que fue lo que me enamoró de él... Hablamos largo y tendido, poniéndonos al día. Habíamos acabado sentados en un banco con unas preciosas vistas en medio de la ciudad, pero no era en eso en lo que me fijaba. Finalmente acabamos hablando de nuestras tonterías, los recuerdos de auqel viaje, nos reíamos... Y sin darme cuenta, entre broma y broma estabamos cada vez más cerca. Al parecer los dos nos dimos cuenta al mismo tiempo y nos habíamos callado. Entonces cuando me decidí a romper el silencio, sentí como me besaba.


Se apartó unos segundos para comprobar si me había ofendido, pero no necesito mucho tiempo para obtener respuesta, ya que esta vez fuí yo quien lo besé.

Segundos después fuimos interrumpidos por un móvil. Era Miquel, preocupado porque no había vuelto ni dado señales de vida, pero con Alberto... el tiempo se me había perdido la noción del tiempo. Rápidamente le explique que me había encontrado con un amigo y que habíamos pasado la tarde recordando viejos tiempos, pero también que le había dejado una nota en la nevera.
Tapo el micrófono y le pregunto a Alberto si tiene que irse o si queria que cenáramos algo juntos.
Miquel, como durante esas tres semanas, me dijo que no pasaba nada pero que no llegase muy tarde para hacer las maletas. Hasta ese momento no hablia caído, mañana volvíamos a Canarias.

Sobre la marcha decidimos ir al Starbucks, porque hasta mi próxima visita no vería ninguno. Yo me tomé un Mocca Frappuccino y él un Frappuccino de Caramelo, deliciosos los dos. Junto con un par de muffins y un trocito de brownie. Mmm... deliciosos! No parábamos de reírnos, realmente me lo estaba pasando genial. Entonces me ofreció probar su muffin de arándanos, y justo cuando fui a darle un mordisco lo quitó y me besó. Sin duda era el mejor muffin que había probado en mi vida


Luego nos perdimos en mitad de la ciudad, unas veces hablábamos otras no, pero caminar sin rumbo fijo de su mano... Fue entonces cuando decidí contarle que ya mañana volvía a mi casa. Se paró en seco y me miro fijamente a los ojos, luego me sonrió y me dijo que no pasaba nada, que esta no sería la última vez. 

El tiempo se nos había ido volando y ya era hora de que nos despidiéramos, ya que su hermana pasaba a buscarle. Por lo que era cuestión de minutos.


Nos habíamos parado frente la boca de metro. Y antes de que dijera nada lo abracé y, como en nuestra última despedida, se deshizo de mis manos para dulcemente sujetarme la cara y besarme. Allí, en mitad de la calle, entre los últimos rezagados que entran al metro o salen para volver a casa tras un largo día. Sí, ese día había sido largo, pero maravilloso. Nunca olvidaría ese beso, suave, despacio, de corazón. Con mucha delicadeza nos separamos pero permanecimos juntos abrazados por la cintura y con su nariz unida a la mía. Entonces fui yo quien le dije:  -Por favor, esta vez no seas tu quien se olvide de mi-. Como antaño, se humedeció los labios y me sonrió pícaramente a la vez que me decía: -Mi Paula... a ti nunca podré olvidarte. Además el verano... tampoco queda muy lejos y tengo que conocer tu tierra-. Como a una niña pequeña, me sacó una tímida sonrisa, cómplice que solo el lograba entender. -Te tomo la palabra- fue lo único que logré decir, y tras un último abrazo bajé las largas escaleras.



Me sentía feliz, pero a la vez triste por saber que tan solo había durado unas horas. Y a cada paso, a cada metro que avanzaba sentía que no podía más. Una vez me senté en el vagón y comencé a llorar pero a la vez sonreía por cada recuerdo de esa tarde junto a él.


Por primera vez en mi vida me gusto que me hubiesen llamado bipolar, porque nadie sabría el significado que realmente tendría para mí serlo. Porque cuando yo soy bipolar es porque realmente quiero a alguien.


sábado, 29 de enero de 2011

[.4.]

Fría como el hielo, inmovil, absolutamente quieta... me quedé paralizada. No sabía que hacer. No sabía si era real, un simple sueño que me jugaba una mala pasada o que quizás me confundí. Como una tonta baje la cámara y rápidamente pulse el botón para visualizar la última foto en vez de mirarle directamente, pues en cierto modo temía descubrir la verdad y haberme confundido. Pero mientras aparecía la foto en la pantalla, noté a alguien frente a mí y cuando levanté la cabeza lo comprobé.
Era él, y estaba allí, frente a mí. Y yo sin embargo no era capaz de reaccionar. En microsegundos una ráfaga de imágenes y recuerdos invadieron mi mente, yendo hasta el principio.


El regalo del viaje, el vuelo, la llegada a Inglaterra, la primera clase, el primer día que lo ví. Nuestra primera conversación donde sin conocernos decidimos irnos de mochileros por EEUU, su sonrisa, él. Otro día que nos cruzamos y no le reconozco, la noche que me bañé en la playa, otra conversación. El viaje en tren, mi bipolaridad, el viaje de vuelta, locura, me río de el simulando que me mete mano bajo la mesa, un zumo que subía la glucosa a mil, cartas. Su primer apodo, como se humedecía los labios para luego mirarme de esa forma tan pícara y única, última fiesta. Música,bailo, canto, río, disfruto. Me lo encuentro bailamos, reímos, cada vez más juntos y me besa. 1, 2, 3... dejo de contar. Pocas noches juntos pero inolvidables, sin dormir, hablando, conociéndonos, jugando, cosas que solo nosotros entenderíamos. Dormir 15 minutos, desayunar un vaso de agua y finalmente la despedida, más bien un hasta luego. Su beso, su último beso.
Tantos recuerdos en tan pocos segundos. Entonces noté su mano en mi cara con dulzura para limpiarme  la tímida lágrima que bajaba mi mejilla. Después como quién se reencuentra con alguien a quien no hubiese visto en siglos. Lo abracé con fuerza para comprobar que era real. Que era él.