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Gadjets para blogger

miércoles, 22 de diciembre de 2010

[.3.] Mi vía de escape

Siii... por fin vacaciones, y pese a no tener las mejores notas que podría haber obtenido, soy feliz. Miquel me ha dado ya su regalo, es un viaje a Madrid. Si, me voy a pasar las Navidades con él, aunque mis padres vengan los últimos días. En fin, una vez más adoro a mi hermano, es mi vía de escape.

Tras días que se convirtieron en semanas mi mundo comenzó a cambiar y comencé a olvidar todos mis problemas. Miquel era mi medicina, y Madrid mi centro de rehabilitación.
Como cualquier día, me levante y cojí el metro... lugar inspirador, monotono, especial, único, aburrido, cambiante... Aunque no conocía sus nombres cada día me encontraba con ellos: el señor que leía El País, siempre con su negra chaqueta, su boina y su amable sonrisa con la que saludaba; luego estaba la empresaria, siempre de traje, pelo perfecto, un maletín a juego con los su zapatos y por supuesto en todo momento conectada a su Blackberry. También suelo encontrarame con un chico que posiblemente estudie Bellas Artes por su look bohemio y porque un día me dí cuenta que suele dibujar a la gente del vagón. Además suelen subir dos niños de unos 5 y 9 años con su niñera. A ellos si los conozco, pues un día Alex, el menor, me dijo que le gustaba, una monada de niño, luego su hermana Lydia comenzó a sentarse conmigo para ver que tanto escribía en mi diario, más bien cuaderno de pensamientos... Carla, su niñera, los cuidaba para pagarse sus clases de danza.
Hoy, me dirigía hacia el Retiro para recorrerme el paseo de las estatuas y el palacio de cristal, y sacar algunas de mis fotos. Al subir al vagón, aunque enchufada a mi iPod, comprobé que todos estaban allí. Cuando llegué a la estación de Sol, tras despedirme de Lydia y mi pequeño amor Alex, hice transbordo para llegar a Retiro y el parque, que esta justo al lado. En el siguiente metro, seguí experimentando esa estraña sensación con la que hoy me había levantado, pero por unos instantes me había sentido observada.
Una vez en la calle me olvidé de ello y saqué mi Nikon para comenzar mi pasión, sacandole fotos a cualquiera que llamáse mi atención, hiciese algo peculiar o indirectamente me lo pidiese a gritos.













Primero pasé por el Palacio de Cristal, aunque lo prefiero por la tarde cuando algunas parejas pasean cojidas de la mano recorriendo ese lugar tan mágico. Luego camine sin dirección, simplemente buscando algo... saque unas cuantas a unos niños que jugaban al corre que te pillo, a una pareja de viejecitos en un banco y a un grupo de amigos que tomaban el sol en el cesped. Finalmenteme acerqué al lago, y tras comprarme una Coca-Cola zero y unas pipas, me senté.

Aún de vez en cuando, me sentía observada, pero entre tanta gente quien iba a saber. Allí entre las barquitas y las complicidades entre los remadores... conseguí distraerme un poco. Había una pareja, de unos 20 años que estaban jugando en una barca y me habían contagiado con sus risas, les había sacado algunas fotos, pero temía que se volcaran. Pronto descubrí que no lo harían, pues él le agarro las manos y la atrajo hacia sí para abrazarla y luego besarla. Adoro esas escenas típicas del cine francés.Buscando otra posible foto me fije en la gente apoyada en la varandilla y los demás transeuntes, con el objetivo traté de buscar a alguien que estuvira por la labor. Fue entonces cuando distinguí a un chico guapísimo que parecía como suelo decir pedirme a gritos fotografiarlo. Y justo cuando pulse el disparador, me miró fijamente a través del objetivo y luego me sonrío con complicidad. No me lo podía creer...era ÉL.

sábado, 18 de diciembre de 2010

[.2.]

Finales del primer trimestre, exámenes, sueño... Nada nuevo para los que lo conocen, como cada final de trimestre. Pero este año era más preocupante, es el último año. Luego viene la famosa PAU, la universidad y la "vida adulta". Escalofríos me entran de tan solo pensarlo.
En fin, en estos momentos solo deseo salir de aquí y que lleguen las navidades porque Miquel me ha prometido algo y estoy deseosa por saberlo ya.

domingo, 12 de diciembre de 2010

[.1.] Para eso no importa la edad

 Uno, dos, tres días... el tiempo seguía su curso y como no, al margen de nuestros sentimientos... Yo y mis problemas, o quizas no lo fuesen... Adolescensia, si esa odiosa época que todos deseamos vivir una y otra vez, donde los sentimientos estaban a flor de piel, lo pequeño se hacía grande y lo grande, increiblemente grande... Clase de filosofía, sí, filosofía. Esa asignatura que a todos desquicia en 2º de bachiller, pero yo pagaría por esas clases, siempre me han fascinado, hecho reflexionar, inspirado..., claro siempre y cuando no me exminaran.Es interesante conocer las reflexiones a las que pudieron llegar nuestros ancestros, conclusiones que hoy día tambien aplicamos, sus míticas frases... pero no solo ellos, sino también otros famosos de la historia como Albert Eintein o Marilyn Monroe, pero no es de ellos de quienes quiero hablar ahora... Hablaba de mí, Paula, y de la adolescencia, contínua guerra de sentimientos... ¿por qué todos querrán volver a ella?¿Por la revolución hormonal?¿Por los primeros amores? No creo, porque solo hace que nos comamos la cabeza y le demos vueltas a todo, una y otra vez... Tal vez sea por la rebeldía o la "libertad". Sí, entre comillas porque no es total. Pero quizás lo que más he odiado y siempre odiaré, son las mentiras y la gente interesada que solo se acerca cuando te necesita sin darse cuenta que tambien eres humano. Pero me he dado cuenta que eso son cosas que no van con la edad, ni tan siquiera con una época de tu vida... hay gente que simplemente es así y sin darse cuenta te pueden llegar a romper el corazón.

sábado, 20 de noviembre de 2010

...agua

Lavanda, jazmines o quizás rosas... el aroma era suave, dulce, incluso relajante... posiblemente el cálido vapor del agua ayudaba. Siempre lo había soñado, sobre el agua habían pétalos flotando que de vez en cuando por mínimos movimientos cambiaban de posición lentamente, sin prisa... la temperatura templada del agua era perfecta, me sentía abrazada, acogida, en el lugar y momento exacto. La bañera parecía estar hecha para mí, la cabeza reposaba al igual que mis brazos en los bordes mientras el resto de mi cuerpo permanecía bajo agua. Pasaría horas así, pues posiblemente jamás me había sentido de esa manera... en el agua, como si formase parte de ella, como si todo se reduciese a eso. Mi cuerpo parecía desaparecer, entonces decidí dejarme sumergir algo más cubriendo así mis brazos y cuello. Poco después no tardo en sumergirme por completo. Siento la calidez del agua rodeando mi cuerpo, delineando cada una de mis curvas, investigando cada uno de mis cabellos... fundiéndome con el agua, completamente plena, feliz... aunque de pronto todo comienza a perder color y sentido, mi cuerpo se duerme lentamente sin entender nada, simplemente contemplando lo que sucede, aunque sin preocuparme pues estoy en el agua, ¿qué me podría pasar?... Poco a poco, la luz va disminuyendo, cada vez más... no lo entiendo, todo desaparece incluso el calor, el agua... algo va mal, ¿qué pasa?


De pronto como si tiraran desde lo más profundo de mi ser, siento que me liberan aunque sigo sin lograr entender lo que sucede, solo hay frío, mucho frío... pero siento dos cálidos brazos que me abrazaban y sujetan mi cara con desesperación, posiblemente intentándome salvar, pero... ¿se puede salvar a alguien que no quiere vivir e incluso se ha encarado con la muerte? Él solo cree en la respuesta afirmativa, pues ella... ella no puede morir y menos ahora...

Y justo cuando logro volver, lo miro a los ojos... esos ojos..

TIIIIIIITITITITITITIIIIIIIIIII! No me lo puedo creer ya son las 9:30, rapidamente apago el despertador. Me revuelvo entre las sábanas pero no aguanto más y me levanto... como siempre me hago un moño y abro las ventanas, después cojo el rotulador y tacho el 19 pues ya hoy es 20, 20 de noviembre...

sábado, 22 de mayo de 2010

Miquel

Un día mientras batallaba mentalmente sucedio algo inesperado, o simplemente que había olvidado, de repente Lola salió corriendo hacia la puerta ladrando efusiva a la vez que mi madre salía de la cocina para ver que sucedía. Era mi padre pero no venía solo, entonces me asome al pasillo y como una niña de 5 años comencé a llorar y correr hacia la puerta a abrazarle. Era Miquel, como podía haberlo olvidado. Por mas que me acariciaba el pelo y me intentaba saludar no me separaba de él, no podía creerlo era mi salvación. Tras varios minutos mi padre logró separarme para que mi madre lo saludase. Esa noche todo fue diferente, estabamos sentados en el salón y mi hermano nos contaba como le iba en Madrid, se estaba especializando en autismo porque ya era licenciado en educación especial. Él era para mí un héroe. un modelo a seguir, el chico más increible sobre la faz de la tierra...
Esa noche, finalmente me fuí a la cama como los demás e inevitablemente sucedió lo de siempre, las lágrimas comenzaron a humedecer mi almohadón. Entonces vi a mi hermano agachado frente a mí y fue cuando suavemente me secó las que ahora caían por mis mejillas, sin decirme nada se sentó en el borde de la cama y me acarició el pelo, el sabía que era una de las cosas que más me gustaban en el mundo. Fue por iniciativa mía quien le contó lo que me sucedía,pues él como siempre no quería agoviarme y dejarme que se lo contara libremente. Esa noche tras hablar largo y tendido, comencé a sentir como ese dolor de mi pecho disminuyo un poco, aunque seguía ahí. Como Miquel había dicho: - La vida es una contínua carrera de obstáculos que debemos ir superando, si los dejamos para más tarde irá aumentando su dificultad y más dificil será superarlos pero no imposibles. La cuestión es no rendirse ni hundirse.Porque tu Paula, eres muy fuerte y muy afortunada.-

Y esa noche fue como aquellas en las que antes de acudir a mis padres por una pesadilla iba a ver a Miquel y, él en ocasiones, me dejaba dormir en su cama. Aunque esta vez fue al revés, el venía a mí intuyendo que ahora no soñaba pesadillas sino que "vivía" alguna mala.
Trás los pocos días que pasé con él, me arme de valor cambié mi forma de ver las cosas y me marqué nuevos propósitos, aunque me costarían lograrlos, y sobre todo buscar a la chica de los ojos verdes, pues quería conocerla y ayudarla como mi hermano había hecho conmigo.

Navidaaad!

Siii! Por fin era Navidad, aunque esta época cada vez me entusiasmaba menos, pero el simple hecho d eque fuera mi "exilio" lo cambiaba todo.

Sinceramente fue una Navidad gris... salía con mi familia y disfrutaba algo de la navidad pero comenzaba a sentir dentro de mi un vacío que cada vez tiraba más de mí. Había una única manera de soportar el dolor que me causaba y era bajo el agua, todas las noches procuraba ser la última en el baño para poderme quedar el tiempo necesario. Una vez bajo el agua mi cuerpo respondía automáticamente, poco a poco las lágrimas comenzaban a salir de mis ojos recorriendo mis mejillas pasando junto a los labios y finalmente cuando llegaban a la barbilla saltaban al vacío para encontrarse con las que las habían precedido en un gran charco de agua. Una noche tras otra hacía lo mismo, luego me ponía mi pijama de franela para no pasar frío y me tumbaba en mi cama. De fondo oía la televisión que mis padres estarían viendo, luego me fijaba en el montón de libros de mi estantería y terminaba mirando el de mi masa de noche... Amanecer, lo había terminado hacía tiempo pero me daba pereza quitarlo de allí además no tenía ningún libro nuevo que ocupase su puesto ni animos para leerlo en caso de que fuera así. El hecho es que en todos los libros siempre había un final feliz, y aunque muchas veces me había convencido de que la vida no era nunca así en esas noches llegué a la conclusion de que estaba equivocada porque la vida no tiene un fin sino una continuidad y por lo tanto era imposible tal resolución de la historia.

Esas noches también intentaba pensar en que es lo que me pasaba o que podía hacer para solucionarlo, la mayoría de las veces me quedaba dormida en plena batalla mental y a su vez mi almohada con un dulce olor a fresas acababa humeda por las lágrimas que volvían a caer desde mis ojos.

Adolescencia

El tiempo continuába corriendo, cómo si tuviese prisa por llegar a algún lugar. Y mis sentimientos o lo que fuese aquello permanecían en una constante lucha. Según los mayores erala adolescencia... pues vaya coñazo.
Entre saber si realmente sentía algo por Alex o simplemente es que se había convertido en un buen amigo. Por no hablar de la repentina amabilidad de Sandra y sus buenas intenciones hasta el momento. Las clases me tenían agoviadisima. Y luego mis amigas, no sabía que había pasado con ellas pues no eran las mismas parecía que alguien las hubiera cambiado por otras extrañas a las que sentía que no conocía, sentía que habían madurado o algo así porque no era típico de ellas su nuevo comportamiento. También había vuelto a ver a esa extraña chica de los ojos verdes, aunque cuando intentaba saludarla huía de mí como del resto. La Navidad era cada vez más cercana y me serviría de un pequeño respiro. Menos mal que Lucía siempre había sido diferente como yo y no me dejaría sola en estos momentos, ¿verdad?

Un río...

No paré de darle vueltas al extraño encuentro, pero decidí olvidarlo pues ese día no me encontraba muy bien y posiblemente fue producto de mi imaginación. En las siguientes semanas, fue cuando comenzo la "calma" y me sentí diferente y a la vez contenta porque volvía a estar bien. Y llevarme con todos aquellos a los que parecía tener olvidados.

Por momentos mi clase parecía un solo río, aunque a veces surgían afluentes...

sábado, 20 de febrero de 2010

La chica de los ojos verdes

Fue en esa época cuando me dí cuenta de su presencia... al parecer siempre estuvo ahí, pero casi nunca le había prestado demasiada atención. Sabía que era lista, inteligente, guapa y amable por lo que decían. Pero sobre todo era conocida por sus ojos verdes... unos ojos hermosos, increíbles, a los que si mirabas fijamente podías quedar embrujado o hipnotizado, o eso decían los más exagerados. Pero realmente era un privilegio verlos ya que ella solía usar gafas y evitaba ser vista por los demás, cosa que no entendía.

El caso es que cierto día, se me cruzaron los cables y me crucé con ella, con la chica de los ojos verdes. En realidad nos chocamos porque no miraba por dónde iba, sólo sabía que quería estar sola. Pero al disculparme me fije en su rostro que me transmitió una repentina paz y serenidad, aunque por un segundo me quedé paralizada...


Ya entendía lo que la gente decía, pues por un segundo al mirarla me ví a mi misma...

Mercancía


Como todos los años conocí gente nueva, porque mezclaban nuestras clases y llegaban nuevos, y en dos semanas ya me sabía el nombre de la mayoría. Aunque seguía fiel a mis amigas de siempre, aunque estos meses habían sido "meses de tormenta" que lograron una aparente semi-calma hasta el momento.

¡Nuevos! Sí, siempre deseabamos conocer esa tan preciada mercancía, pero parecía ser que esperabamos algo imposible porque nunca llegaba o eso críamos...
Pero sin duda alguna nos había tocado un buen premio, Javi, sí era nuestro tutor pero tenía algo que lo hacía irresistible. Pero tranquilos es como Taylor Lautner, tiene su encanto, podríamos decir que esta buenísimo, pero es imposible ( xD ). Aunque nos alegraba la vista sobre todo a Lucía y a mí.
Por otro lado estaban Alex y Lucas. Alex era el típico que parecía tonto pero nada que ver se las sabía todas y tenía ese aire de chulito que en el fondo nos gusta a todas, además era guapo, bastante guapo... y ¿cómo no? le falto tiempo para "enamorarse" de otra y salir corriendo a los brazos de Sandra, una barbie de mucho cuidado.
Y Lucas..., él era especial, desde el principio me llamo la atención pero me deje deslumbrar por el intrépido y alocado Alex, olvidándole, dejándole de lado cuando pude haberme hecho su amiga desde un principio...

viernes, 19 de febrero de 2010

...tiempo

Cada vez que me paraba a pensar me daba cuenta de lo rápido que iba la vida, tantas cosas que sucedían y que mi mente casi no podía recordar. Comenzaba a darme cuenta de cómo era la vida y ese ritmo vertiginoso al que iba.
Sin darme cuenta un trimestre entero había pasado y el segundo parecía con prisas de terminar.

jueves, 21 de enero de 2010

Nuevo curso!


Si... una vez más las clases habían empezado, y como no, acompañadas de la misma y aburrida monotonia...
Este curso las cosas habían cambiado, pero no como yo esperaba y aunque pareciera mentira, ya había pasado mucho tiempo. Y muchas veces se nos va el tiempo volando aunque el día a día fuera muuuuuy lento, y cada día me costaba más encontrar una razón por la que levantarme. Pero también por todo lo que había sucedido, puede que sean las típicas "trabadas adolescentes" pero seguro que me entiendes porque todos tenemos las nuestras =), y tranquil@ te pondre al día para que poco a poco me vayas conociendo.