El tiempo continuába corriendo, cómo si tuviese prisa por llegar a algún lugar. Y mis sentimientos o lo que fuese aquello permanecían en una constante lucha. Según los mayores erala adolescencia... pues vaya coñazo.
Entre saber si realmente sentía algo por Alex o simplemente es que se había convertido en un buen amigo. Por no hablar de la repentina amabilidad de Sandra y sus buenas intenciones hasta el momento. Las clases me tenían agoviadisima. Y luego mis amigas, no sabía que había pasado con ellas pues no eran las mismas parecía que alguien las hubiera cambiado por otras extrañas a las que sentía que no conocía, sentía que habían madurado o algo así porque no era típico de ellas su nuevo comportamiento. También había vuelto a ver a esa extraña chica de los ojos verdes, aunque cuando intentaba saludarla huía de mí como del resto. La Navidad era cada vez más cercana y me serviría de un pequeño respiro. Menos mal que Lucía siempre había sido diferente como yo y no me dejaría sola en estos momentos, ¿verdad?
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